20100507


La enseñanza de la Educación Física en estas edades debe fomentar especialmente
la adquisición de capacidades que permitan reflexionar sobre el
sentido y los efectos de la actividad física y, a la vez, asumir actitudes y valores
adecuados con referencia a la gestión del cuerpo y de la conducta motriz.
En este sentido, el área se orienta a crear hábitos de práctica saludable,
regular y continuada a lo largo de la vida, así como a sentirse bien con el propio
cuerpo, lo que constituye una valiosa ayuda en la mejora de la autoestima.
Por otra parte, la inclusión de la vertiente lúdica y de experimentación
de nuevas posibilidades motrices puede contribuir a establecer las bases de
una adecuada educación para el ocio.
Las relaciones interpersonales que se generan alrededor de la actividad física
permiten incidir en la asunción de valores como el respeto, la aceptación
o la cooperación, transferibles al quehacer cotidiano, con la voluntad de
encaminar al alumnado a establecer relaciones constructivas con las demás
personas. De la misma manera, las posibilidades expresivas del cuerpo y de
la actividad motriz potencian la creatividad y el uso de lenguajes corporales
para transmitir sentimientos y emociones que humanizan el contacto personal.
La estructuración de los contenidos refleja cada uno de los ejes que dan sentido
a la Educación Física en la enseñanza primaria: el desarrollo de las capacidades
cognitivas, físicas, emocionales y relacionales vinculadas a la
motricidad; la adquisición de formas sociales y culturales de la motricidad;
la educación en valores y la educación para la salud.